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¿Quién no ha jugado a las escondidas alguna vez en su vida? Una persona se pone a contar, la otra se esconde. Luego la primera busca a la segunda. Lo más sencillo del mundo. ¿Pero qué haces si estás solo, o sola, y quieres jugar de cualquier forma? A decir verdad, existe una versión de este juego que se puede hacer solo. Pero es muy arriesgada, y nadie que valore su vida debería jugarla. Yo te voy a contar cómo funciona, pero ten en cuenta que si lo intentas, será bajo tu responsabilidad. Por lo menos, evita hacerlo si hay otras personas presentes en casa, porque podrían resultar lastimadas o muertas si son encontradas. Y tú no quieres que a tus familiares o amigos les ocurran desgracias. ¿O sí?

Necesitarás los siguientes elementos: 1. Un muñeco (o una muñeca) de trapo, que tenga brazos y piernas. 2. Algo de arroz. 3. Unas tijeras y un cuchillo. 4. Unas uñas cortadas de tu propio cuerpo. 5. Una aguja y un hilo de color rojo. 6. Un vaso de agua salada. 7. Una tina con agua.

Deberás abrir el muñeco, sacar el relleno y volver a llenarlo de arroz. El arroz sirve para atraer los espíritus y remplazar los órganos internos. Corta algunas de tus uñas y ponlas dentro del muñeco también. Cóselo con el hilo rojo, que en este ritual va a representar la sangre del ser que estás creando, además de retener el espíritu dentro del muñeco. Por cierto, vas a tener que ponerle nombre a tu muñeco. Cualquier nombre que no coincida con el tuyo funcionará. Pongamos, por ejemplo, que vas a llamar a tu muñeco Héctor.

Espera a que sean las 3 de la madrugada; entonces podrás empezar el juego. Llena la tina con agua, agarra el muñeco con las dos manos y di tres veces lo siguiente: “Empecemos el juego. Es mi turno, Héctor”. Déjalo caer en la tina, y rápidamente ve a apagar todas las luces de la casa. Si necesitas algo de luz para orientarte puedes dejar el televisor encendido, pero cuida de que no esté sintonizado en ningún canal. A continuación agarra el cuchillo, vuelve al cuarto de baño y di: “Te encontré, Héctor”. Apuñálalo y déjalo con el cuchillo clavado. Ahora viene la parte peligrosa del juego. Debes mirar al muñeco y decirle: “Ahora es el turno de Héctor”.

Llevate el agua salada (puedes retenerla en tu boca, si no quieres llevarte el vaso lleno) y sal del baño de prisa. Busca un escondite, métete ahí y no hagas ruido. Puedes esconderte en un trastero, en un armario, dóndequiera que te parezca un buen lugar para ocultarte. Pero por sobre todas las cosas, ¡no hagas ruido, por lo que más quieras! Qué no te localice! Sí; como ya habrás entendido, el muñeco estará buscándote. Se moverá por todos los rincones de la casa, y llevará consigo el cuchillo, por supuesto. Desde tu escondite escucharás ruidos extraños. Oirás pasitos por el suelo, chapoteos de agua, golpes. Incluso puede que percibas malos olores, o te parecerá que el muñeco esté ahí contigo, tocándote el hombro, por ejemplo. Si tienes mascota es muy probable que se asuste y corra a esconderse también. Tú no te preocupes; el muñeco te está buscando a ti, que eres con quien está jugando. Así que, pase lo que pase, no hagas ruido ni te apresures a salir de donde estés escondido. Vas a tener que permanecer ahí hasta que veas la luz del amanecer.

Pero supongamos que caíste en sus engaños, y abandonaste tu escondrijo. Ahora debes terminar el juego tú mismo, y hacerlo rápido. Recuerda que el muñeco es parte de ti, porque tú lo creaste y pusiste algo de tu cuerpo, tus uñas, dentro de él. Esto implica que el muñeco tenga un nexo contigo, y no tardará mucho en encontrarte, ansioso por clavarte el cuchillo en el cuerpo. A menos que tú acabes con él. Para ello tómate el vaso de agua con sal, si no lo has hecho ya. ¡No te la tragues! Con el agua en la boca, dirígete al cuarto de baño. Obviamente el muñeco ya no estará ahí, pero deberías encontrar fácilmente una estela de agua y arroz en el suelo. Síguela para encontrarle. Recuerda que no debes encender las luces mientras lo busques. Tendrás que buscar por toda la casa. Cuando por fin des con él escúpele encima el agua salada, intentando mojarle donde tiene el hilo rojo. Algunas personas dicen que el muñeco empezará a convulsionar, a emitir sonidos raros y disolverse. Pero tú no te dejes impresionar; di tres veces: “He ganado”. Esto prácticamente dará por terminado el juego, pero si quieres estar tranquilo, quema completamente tu muñeco y deshazte de sus restos. Si no lo haces, probablemente notes presencias extrañas en tu hogar.


Así es cómo funciona el juego de las escondidas. Muchas personas que lo hicieron quedaron muy perturbadas por las cosas que vieron y escucharon. Cabe preguntarse qué les pasó a aquellos que no terminaron el juego. Lo más seguro es que hayan pasado a los archivos policiales como personas apuñaladas a muerte por un intruso en su propia casa.



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