Markham es una de las ciudades más
grandes en el Área del Gran Toronto. Es una ciudad de desarrollo suburbano de
rápido crecimiento, con rascacielos brillantes y abundantes negocios. Todo esto
surgió en los últimos treinta años. Antes de eso, Markham era una ciudad
tranquila. No era la capital tecnológica de Canadá, como dirá el letrero.
Muchos de los vecindarios estaban en granjas.
Aún hay una granja alrededor de la
frontera Markham-Pickering. Sin embargo, en 1970, el gobierno canadiense compró
una gran porción de esta tierra, con planes de construir un nuevo aeropuerto y
una ciudad alrededor de él. Muchos fueron forzados a salir de sus casas,
negocios en esta zona fueron clausurados. Por consecuencia, muchos edificios
abandonados fueron dejados atrás.
El aeropuerto nunca fue construido.
No se les permitió a las personas volver a sus casas. Sus hogares, décadas
después, aún siguen ahí, con algunas de sus pertenencias intactas.
En Reesor Road, a un lado de algunas
casas que están ocupadas hoy en día, encontrarás un camino de tierra que lleva
al bosque. Si lo sigues, a poca distancia te guiará a una casa abandonada, al
aire libre. Ve adentro. La casa ha sido vandalizada por algunos adolescentes y
el techo empieza a caerse, pero fuera de eso está en buenas condiciones.
A la mitad de la casa verás unas
escaleras que llevan al sótano. En la entrada de las escaleras, las palabras
“VETE AHORA” estarán pintadas con aerosol en la pared. No les hagas caso. Baja
las escaleras, siéntate en el suelo, y espera.
Exactamente a medianoche, si hay
luna llena, una mujer anciana bajará las escaleras. No puedes esconderte de
ella pues te notará enseguida.
“Es muy tarde”, te dirá. “¿Necesitas
que te lleve a casa?”.
Di que sí. Ella te guiará arriba y
hacia su auto, que estará estacionado en el camino de tierra frente a la casa.
Cuando entres, ella no te preguntará a dónde ir, simplemente comenzará a
manejar. Cuando lo haga, pregúntale, “¿Puede llevarme más lejos de aquí?”.
Te responderá, “Ésa es una pregunta
atrevida. Veré qué puedo hacer”.
Luego, te dará un cubo de Rubik que
tomará de su bolso. Será fácil de ordenar, así que no te preocupes. Pero cuando
hayas acabado, una mitad se le caerá, revelando una pregunta escrita dentro del
cubo. Ésta será completamente aleatoria, una con una respuesta que quizá sepas
muy bien, u otra que requiera mucha consideración; pero siempre será críptico,
posiblemente relacionado con algún evento pasado de tu vida. Ella volteará
hacia ti mientras estás pensando en la respuesta, y dirá, “¿Y bien?”.
Si tu respuesta es correcta, la
anciana te dará un pedazo grande de caramelo, pero al desenvolverlo,
encontrarás un diamante dentro. Por alguna razón, sin embargo, luego de que lo
hagas comenzarás a sentirte un poco vacío, como si no estuvieras al tanto de
algo importante. Finalmente ella te dejará en tu casa sano y salvo, pero la
sensación no se irá.
Si la respuesta es errónea la
anciana se estrellará contra el auto más próximo. No morirás en el accidente,
pero tus heridas serán graves. Los días siguientes estarás agonizando, pero
estarás completamente consciente, siendo incapaz de dormir. La anestesia y los
calmantes no tendrán efecto en ti. La anciana saldrá ilesa. Ella te visitará en
el Hospital de Markham-Stoufville, y colocará su mano en tu frente. Cuando lo haga
verás la cosa más hermosa que hayas visto en tu vida, y lo que viene después
aún es un misterio. Ella te dirá, sin embargo:
“Estás listo”.
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